¿Cómo son los inicios de Kingsley con el baloncesto? ¿Amor a primera vista, o es un deporte al cual llegas de a poco?

Mis inicios en el basket en esta ocasión no fueron a primera vista, ya que a pesar de gustarme todos los deportes, el más frecuente entre la juventud a esas edades era el fútbol. Y aunque no se me daba nada mal, mi padre optó por obligarme a cambiarme al basket, hasta ahora. Teniendo en cuenta que empecé bastante joven; con unos 10 añitos.

Tu casa, Torrejón de Ardoz, se ha vuelto una de las zonas más multiculturales de toda España. ¿Cómo ha sido crecer en la ciudad? ¿Qué significa para ti ser un torrejonero?

Para mi es un orgullo representar a Torrejón. Aunque nosotros sabemos que es una ciudad siempre se le ha reconocido como un barrio obrero, somos la zona humilde que lucha y eso es de estar orgulloso, pertenecer al municipio.

Cuéntanos más de tus recuerdos en la academia, jugando para TBS. ¿qué extrañas de esos momentos?

La academia TBS significó mis inicios, allí empecé a formarme hasta llegar a profesional. A raíz de pasar por el club se me han abierto muchas puertas. La oportunidad de viajar y disputar los mejores torneos a nivel europeo. También llegar a un Campeonato de España y luchar con los más grandes, son recuerdos que jamás podría olvidar.

Para ti, ¿quién ha sido el compañero jugador con más talento que recuerdes de tu época en Torrejón Basketball Academy? ¿Y el que más te ha sorprendido?

Son muchos los compañeros a los que podría nombrar como JP, David Ávila, Carlos Calvo, pero especialmente en cuanto a talento me quedaría con Moussa Diagne y Miguel Dicent. El que más me ha sorprendido es mi Moussa, o Moussarro, así le llamábamos en el equipo. Muy orgulloso de que pueda mostrar su potencial en la mejor liga.

¿Cómo llega a ti la idea de ir a estudiar a Estados Unidos? ¿Decisión fácil o difícil? ¿Dónde estudias? Dános un balance de como fue esa experiencia universitaria en América.

La idea llega tras mi salida de la academia TBS a la academia CBA en Canarias. Ahí básicamente nos formaban para poder ayudarnos a conseguir esas ansiosas “scholarships”, y aunque no pudieron, me surgió una oportunidad perfecta que no podía rechazar. En un Junior College en el este de Oklahoma, NEO, donde viví una de las mejores experiencias de mi vida.

¿Qué consejos le pudieses dar a uno de nuestros chicos que desea perseguir esa ruta? Ya por supuesto, habiendo tenido esa experiencia.

Que persigan su sueño, que con trabajo y esfuerzo todo llega, que hay tiempo para todo y que confíen en ellos tanto como en el proceso. Hay que ser paciente.

Ya como jugador profesional, ¿cual ha sido la pasantía en el club que recuerdas con más cariño? Y hoy en día, ¿qué depara el futuro de Kingsley? ¿Qué tal te fue en Italia recientemente?

Los mayores recuerdos que tengo del club son los viajes a Cholet y el Campeonato de España sin duda. Del futuro aún no se que me depara pero espero que este lleno de cosas buenas. Mi temporada pasada fue bastante grata para mi, tuve la oportunidad de conocer otro tipo de basket, en otro ámbito o contexto diferente al que estaba habituado, y la verdad que fue genial.

También pude contar con la suerte de proclamarme MVP de la temporada 19-20.

Seguramente ha sido un sueño personal representar a la patria, honrar a tu familia en torneos FIBA. Cuéntanos primeramente, ¿cómo se gesta el armado de la selección de Guinea Ecuatorial y tu convocatoria? ¿Qué tal ha sido competir a por el Afrobasket? Describe esas sensaciones, además, siendo uno de los referentes del grupo.

Pues como no, otro orgullo, en este caso represento el país de mi madre, que por primera vez se dispone a jugar un torneo FIBA. Para mi, competir a ese nivel es mi razón por la que trabajo a diario tan duro. Tener la oportunidad de enfrentarte a selecciones y poner en el mapa nuestro país es indescriptible.